La muerte es un hecho natural, tan inherente a la vida como otros acontecimientos de los que se habla con naturalidad a los niños y niñas. Sin embargo, existe una tendencia por parte de los adultos a ocultarles o a disfrazar la muerte, porbablemente quiados por la idea de que hay que protegerlos de suceos negativos, pese a que cada vez somos más los psicólogos críticos con ese modo de proceder.
Es necesario hablar con niños y niñas de la muerte porque en algún momento, durante su vida, se encontrarán con alguna pérdida, más o menos importante, y ello puede ocurrir a cualquier edad. Además, es necesario contarles la verdad, aunque una verdad que comprendan.
No debemos esconder o maquillar la muerte. Desde la niñez, es preciso integrarla en nuestra biografía como un hecho más de la existencia. Como las flores en primavera y los días grises otoñales, hay que naturalizar la muerte.
Del prólogo de Ramón Bayés
Autor: Camino Garcia
Ilustrador: Marco Recuero
Editorial: Camino Garcia